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Vie, May

El CF Talavera de la Reina le regala media parte al Badalona Futur y pierde la Copa RFEF

C.F. Talavera
Regalando 45 minutos es complicado ganar un partido y mucho mas lo es ganar una final. Eso precisamente le pasó al Club de Fútbol Talavera de la Reina, que lo tenía todo a su favor para conquistar su primera Copa RFEF, pues llegaba avalado por su gran juego desplegado hasta la fecha y porque jugaba en casa, ante su gente, un dato muy a tener en cuenta pero que a la larga le jugó en su contra.

Y es que esas ganas de ganar o mejor dicho, esas ganas de no fallarle a su afición, le pesó en exceso. Y si a todo ello o sumamos que el Badalona Futur no venía de comparsa, sino que tenía las cosas bien claras, nos encontramos con un cóctel molotov que les estalló en las manos a los de Pedro Díaz, que cuando se quisieron dar cuenta de que iba la película ya caían 0-2 y gracias a Alex Fernández.

Absolutamente nefasta fue la primera parte para los intereses locales y desde bien pronto se empezó a torcer todo. A los seis minutos de juego una pérdida en campo propio, casi en la frontal, desembocaba en una ocasión que Jaume Pascual que culminaba con un remate que, tras tocar en un defensor, pasaba por encima de Alex Fernández para el 0-1.

La primera en la frente y un minuto después pudo llegar la segunda bofetada del conjunto catalán, que por medio de Valverde se sacaba un slalom y un posterior remate al palo largo que salvaba el poste con el meta del conjunto blanquiazul ya batido.

Trataba de dar señales de vida el Talavera y de hecho se hizo con la posesión de pelota pero era un dominio estéril, sin controlar la situación. Todo lo volcaban los blanquiazules a su costado izquierdo pero a la hora de encontrar rematador nada de nada: Demasiado largo o demasiado corto, nunca a su justo punto y nunca inquietando a un meta que poco tuvo que intervenir en este acto porque su defensa poco dejó a los locales que se acercasen.

Los visitantes, por su parte, lo hacían más sencillo. Mas verticales, menos toques y una claridad de ideas que les permitía seguir acumulando llegadas y además claras ante un Alex Fernández que salvaba pero que volvería a verse obligado a sacar de nuevo la bola de su meta. Bola a la espalda de la defensa, Peque Polo armaba la pierna y le pasaba bajo la axila del meta (0-2). Duro escarmiento y pudo ser peor de no ser ser porque Peque Polo estuvo lento en la definición ante el meta pero le limpiaron la bola.

Acabó la noche y empezó el día. Pedro Díaz le daba 45 minutos a Dago y el delantero que empezaba fuerte. Un minuto le bastó al costamarfileño para remachar a la red una acción de córner y de esta manera firmar un 1-2 para devolver a la vida a su equipo y a reconectar con el partido a la afición.

Pudo el ariete coronarse y convertirse en héroe tan solo un par de minutos más tarde pero esta vez no tuvo tino en el remate. No colocó bien la cabeza a la hora de ejecutar el testarazo y la pelota se quedó muerta en el área pequeña con el meta batido. Una verdadera pena pero aún había tiempo para seguir buscando ese tanto que llevara la cita al empate.

Embotellaba Talavera a su rival y Abeledo que era el siguiente en probar fortuna. Tras esta acción se dieron los locales un pequeño respiro o más bien Badalona supo contener sus acometidas e incluso recuperó ese punch al ataque para volver a convertir a Alex Fernández nuevamente en protagonista para seguir manteniendo a su equipo con vida.

Mas cambios desde la banda ordenaba Pedro Díaz con entrada a Pipo y Connor. Mas madera local y vuelta a la carga para un tramo final que fue todo un quiero y no puedo, con más corazón que cabeza y con alguna acción que se fue al limbo desesperando a una afición que veía que la copa se le iba. La tuvo Loukou con un testarazo que se paseó paralelo a la línea y más clara aún sería la que dispuso Pipo con un que remató y sacó el arquero con un soberbio paradón.

Ahí estuvo la prórroga para un Talavera que al que se le iba y se le fue la Copa RFEF. No hubo tiempo para más, tan solo una trifulca donde Dago se llevó la peor parte con una tarjeta roja. Poco más de una final que se afrontaba con ilusión y que acabó como una pesadilla. Así es a veces el deporte…